Puedes iniciar muchas veces, pero sólo se comienza una vez.

Son casi las doce de la noche. Estoy sentado como hacía mucho tiempo no, escuchando y percibiendo el sonido de mis respiraciones: centrado en la nulidad de mis pensamientos, llego a las conclusiones. ¿Qué conclusiones? Las que sean, porque de a poco uno dice sin decir, y no dice nada. Se cantinflea y se cantinea …