[vc_row][vc_column width=»1/6″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]siempre he amado a los perros: Mi primer recuerdo es ver saltar a una persona más peluda y pequeña que las otras hacia la cama donde yo estaba. Y recuerdo querer agarrarla y olerla.

hay muchas maneras de vivir. Hay muchas formas en las cuales uno transcurre el tiempo entre el nacimiento y la muerte. Yo escogí una muy simple: vivir como perro.

tendría entre 18 y 20 años la primera vez que escuché sobre los cínicos: Diogenes. Menipo.  Antístenes. En esa época sólo había tres cosas que me preocupaban: la libertad, la filosofía y los perros; y he aquí que me encontraba todo junto.

tarde tiempo en comprender y entender mucho de este pensamiento. Pero traté de vivir acorde. Ya desde niño me sentía atraído hacia el anarquismo. Quizá en un principio más impresionado por el cabello y la imagen de bakunin que por sus escritos, pero eso no me impidió llegar a otros.

nunca fui un buen anarquista, ni un buen cínico. No me ha gustado que me digan qué hacer y siempre he hecho lo que he querido: buscar la libertad, preguntar por todo, y oler a los perros. Creo que no hay nada peor para los demás que seguir el propio camino. Y muchos de quienes conocí, tenían un manual de qué hacer y qué no hacer para que te llamen anarquista. O Cínico. O perro.

durante mucho tiempo sufrí y luché por encontrar mi propio camino. Entré y salí de la vida como quien entra y sale del elevador: siempre por un piso diferente. “¿Qué he de hacer conmigo?” fue una pregunta que me atormentó durante muchos años, durante mucho tiempo, y jamás supe qué responder.

entonces el camino me encontró: un camino ladino en donde todos los demás caminos se conjuntaban. Y donde además de perros había gatos. Y cabras. Y aves. Y árboles. Y personas. Y algo. Y todo. Y nada.

el vacío. El cuerpo. Yo, mis yoes, mis mentiras y mis verdades. La libertad y la vida sólo son cuando Yo soy. Yo soy.

conocí a Eurídice un domingo. Y desde siempre le han gustado los perros. Y hacer las cosas a su modo. Y la gente despeinada. Y que le cante “Hijos del pueblo”.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/6″][/vc_column][/vc_row]