Soy

La razón por la cual nos aferramos tanto al juego es que a veces ganas, después de que pierdes la mayoría de las veces.

Una victoria pírrica, sin sentido, absurda.

Porque saber no es conocer, y a veces quisiera regresar al punto en el cual, la ignorancia placentera mantenía mi vida tranquila.

 

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